En una charla íntima con Héctor Maugeri en +Caras (Caras TV), la actriz y cantante Lula Rosenthal recordó su paso por el Cantando por un sueño 2020 y el especial vínculo que construyó con Miguel Ángel Rodríguez, su compañero en el certamen.
El vínculo entre Lula Rosenthal y Miguel Ángel Rodríguez
La dupla llegó hasta la final y, aunque no ganaron, se destacaron por su buena energía y complicidad arriba del escenario. “Nos divertíamos a un nivel estrepitoso. Sin parar”, contó Lula sobre la experiencia. Desde el principio, la propuesta fue clara: disfrutar antes que competir. “Mirá, nosotros no vamos a ganar, pero que nos vamos a divertir, nos vamos a divertir”, recordó que le dijo Miguel apenas empezaron.
Durante el programa, se animaron a jugar con distintos estilos, disfraces y puestas teatrales. Una de sus presentaciones más recordadas fue cuando él se caracterizó como el Joker y ella como Liza Minnelli. Juntos interpretaron una versión en español del tema “That’s Life” mezclado con “Quizá ahora”, del musical Cabaret.

Para Lula, esa etapa no solo fue una oportunidad artística, sino también un espacio de respeto y compañerismo. “Él me daba mucho lugar sin ser tan conocida. No había uno que era figura ni nada, era simplemente jugar y pasarla bien”, expresó.
Lula Rosenthal y el lado B del mundo artístico
Además, reflexionó sobre cómo enfrenta situaciones más difíciles dentro del medio artístico, como los egos o la competencia: “Confronto en el escenario. Como dice el dicho: ‘en la cancha se ven los pingos’. Puedo llorar, discutir, estar frágil, pero me abrazo al proyecto lo más posible y trato de dar lo mejor de mí”.

Acto seguido, agregó: “Es muy sagrado esto. Viví muchas situaciones de competencia en el universo femenino muy fuertes que me hicieron darme cuenta que es una versión de mí que no quiero. Estuve en los dos lados y sé que no suma en absolutamente nada. A mí no me hace crecer como artista y a la otra persona tampoco”. Y cerró: “Entonces, hay que poner el ego donde tiene que ir. Es una frase cliché, lo es, pero también es verdad”.
Con estas palabras, Lula Rosenthal dejó ver no solo su talento, sino también su forma de habitar el arte: con entrega, respeto y autenticidad.