Muchas veces la vida nos presenta situaciones en las que debemos elegir entre “Pasar la página” o “Cerrar el libro”.
Pasar la página significa seguir adelante, resolver, soltar y avanzar. O bien aceptar y continuar.
No siempre se trata de un cambio radical, puede ser un evento, una situación o persona que nos haga terminar un capítulo.
Tengo una querida amiga con la que compartimos muchas experiencias hermosas y nos acompañamos en las no tan lindas. Pandemia mediante, o tal vez un poco antes, nos distanciamos emocionalmente y surgieron los: te dije, me dijiste, hiciste, dejaste de hacer.
Después de varios meses en los que las dos nos sentimos terrible y abandonadas, gracias al gran cariño que nos tenemos, decidimos hablar y decir lo que cada una sintió, lo que nos pasó, pudimos hacer el reclamo y nos dimos cuenta de que el sentimiento mutuo era muy fuerte y bajo ningún concepto queremos perderlo.
Pasamos la página y continuamos con nuestra gran amistad.
Las amistades son siempre valiosas y, en esta época de la vida en que ya somos adultas con experiencia, contar con pares que nos acompañan con cariño, que a su vez llegan con su baúl de experiencias, es invaluable.
Nos propusimos que, cuando algo nos moleste, disguste, duela o enoje, lo vamos a hablar en el momento sin permitir que se acumulen sentimientos que nos lastiman. Aclararlo y pasar la página sin rencores.
Si postergamos el momento de expresar lo que nos molesta, las emociones tóxicas se cargan de una fuerza que, cuando sale explota y muy posiblemente ni en el momento oportuno ni por el motivo correcto. El famoso explotó porque guardó toda la bronca tanto tiempo que esa fue la gota que rebalsó el vaso.
El tiempo nos enseña que pasar la página no significa necesariamente claudicar, abandonar ni resignarse. A veces solo se trata de elegir qué es más importante para nosotros y no quedarnos en el enojo o el resentimiento.
Tal vez nos damos cuenta de que ese es nuestro límite, que en ese punto finaliza la historia y tenemos que cerrar el libro.
Finalizar esa historia que tanto nos gustó, nos emocionó, que nos acompañó y nos ilusionó durante su lectura, nos genera una sensación de pérdida. Sin embargo hay nuevos libros esperando que los leamos y los disfrutemos.
Al cerrar un libro estoy segura de que nos quedan lecciones valiosas, porque cada libro tiene al menos una.
Adriana Francia
@adrianafrancia.escritora







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