jueves 08 de mayo del 2025

Celos: ese intruso en la cama, en la cabeza y en el corazón

Por Paola Aquino Licenciada en psicología y especialista en terapia conductivo-conductual y Licenciado Julián sexólogo. Galería de fotosGalería de fotos

Paola Aquino
Celos: ese intruso en la cama, en la cabeza y en el corazón | CREDITO CARAS
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"¿Quién no sintió alguna vez ese nudo en el estómago cuando vio a su pareja mirar a otra persona? Los celos nos atraviesan, a veces sin permiso, y otras, disfrazados de amor. Pero, ¿qué son en realidad? ¿Una señal de cuidado o un síntoma de inseguridad?"

Podemos intentar disfrazarlos, los llamamos “preocupación”, “cuidado”, “amor verdadero”. Pero cuando los celos se sientan en la mesa de la relación, nada sigue igual. No es fácil convivir con esa voz interna que nos pregunta si somos suficientes, si somos elegidos, si seguimos siendo deseados. Como podemos callar esa voz resonante en nuestro pensar.

Paola Aquino

¿Pero que son los celos?

Los celos no son simplemente una reacción a la presencia de un tercero (rompamos ese mito) . Son una mezcla potente de deseo, inseguridad y miedo a perder algo que creemos nuestro? En la clínica podemos ver, como esas emociones complejas que muchas veces no habla del otro, sino de nuestras propias heridas.

Desde una preceptiva analítica por ejemplo, se puede pensar que los celos surgen cuando el deseo del otro deja de ser exclusivamente nuestro. Nos confrontan con esa verdad incómoda, que no poseemos al otro, y que el deseo siempre está en movimiento. Escuchamos decir frases como  "Sentir celos no nos hace tóxicos”, pero esas mismas frases  justificar conductas de control en nombre del amor.

Según la Lic. Paola Aquino, especialista en Terapia Cognitivo Conductual, los celos pueden entenderse como una respuesta emocional compleja que aparece cuando una persona percibe una posible amenaza hacia un vínculo afectivo que considera importante. Esta amenaza puede surgir por la presencia de otra persona o por cambios en la dinámica de la relación. No se trata solo de un miedo a perder al otro, sino también de una sensación de inseguridad vinculada a la idea de posesión o exclusividad en el vínculo.

Aunque socialmente se suele considerar “normal” sentir celos en determinadas circunstancias, es importante reconocer que no es una emoción simple. De hecho, suele involucrar varias emociones a la vez: miedo, tristeza, enojo, e incluso sentimientos de inferioridad o dudas sobre el propio valor. Como toda emoción, los celos pueden analizarse en tres niveles: el cognitivo (lo que pensamos), el fisiológico (lo que sentimos físicamente) y el conductual (cómo actuamos).

¿Es normal sentir celos?

Desde el enfoque del sexólogo Licen Julián  vemos Sí que es normal sentir celos, Pero ojo, que algo sea normal no lo vuelve saludable de cualquier forma. Los celos existen, están en todas las relaciones humanas, pero lo que hacemos con ellos es lo que importa. Sentir celos no nos vuelve personas “tóxicas”. Lo que sí puede volverse tóxico es usar los celos como excusa para controlar, manipular o limitar la libertad del otro. No hay amor verdadero donde no hay libertad.

"Es muy distinto expresar lo que sentimos con honestidad, como decir “me sentí incómodo con lo que pasó” a caer en actitudes invasivas como revisar el celular de tu pareja, intentar controlar con quién puede hablar o verse en persona.

Los Celos también se mueven en lo sexual no solo en lo emociona.  Muchas  veces se disfrazan de comparación con otras personas, de fantasías no contadas, de miedos a ya no ser deseados.

 En algunos casos, incluso, hay quienes encuentran en los celos un elemento erótico. Sí, hay parejas que juegan con la idea del deseo del otro, y lo transforman en una chispa. Pero eso requiere confianza, comunicación y límites claros,  y vemos que  no es lo mismo fantasear con los celos que vivir en un estado constante de sospecha. Uno puede encenderlo y en cambio el otro puede apagar la pareja

Dimensión cognitiva de los celos

Desde la perspectiva cognitiva, la Lic. Paola Aquino señala que lo característico de los celos es la interpretación que hace la persona sobre una posible pérdida o deterioro de la relación. Es decir, la persona evalúa cognitivamente que su vínculo está en peligro, lo que afecta directamente su autoestima o autoconcepto. Esta amenaza puede estar basada en hechos concretos o en suposiciones sin fundamento real.

Los celos pueden vivirse como un estado de alerta o estrés, en el que la persona siente que debe actuar para evitar una pérdida. Esto activa procesos mentales como la comparación, la vigilancia constante o la búsqueda de pruebas que confirmen sus temores. En este sentido, los celos no solo se relacionan con el otro, sino con el propio mundo interno y con cómo uno se siente dentro del vínculo.

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Conductas asociadas a los celos

Desde la Terapia Cognitivo Conductual, también se analiza cómo los celos se manifiestan a través del comportamiento. Según la Lic. Paola Aquino, las respuestas conductuales varían según múltiples factores: el contexto social, la personalidad, las habilidades de afrontamiento, e incluso el género. Por ejemplo, algunos varones tienden a responder de manera más activa o confrontativa, recurriendo a acciones como regalar cosas para reforzar el vínculo, restringir el acceso de la pareja a ciertos espacios sociales, o incluso mostrar actitudes posesivas o agresivas.

En contraste, muchas mujeres tienden a expresar los celos a través del llanto, la introspección o el uso de estrategias indirectas como generar celos en su pareja para reactivar la conexión. También pueden buscar reconciliación o implementar cambios personales para mantener el vínculo. Estas diferencias no son absolutas, pero sí reflejan patrones que pueden observarse con frecuencia

 

¿Cómo se manifiestan los celos?

Las personas que experimentan celos con frecuencia tienden a:

Vigilar constantemente a su pareja o allegado, revisando mensajes, redes sociales u objetos personales.

Estar a la defensiva, sospechar de infidelidades o traiciones, aunque no existan pruebas reales.

Adoptar una postura interrogativa o controladora, con actitudes que pueden parecer desproporcionadas o incluso persecutorias.

Expresar tensión física, cambios en el tono de voz, nerviosismo o incluso llegar a situaciones de maltrato verbal o físico.

Tipos de celos

Los celos no son todos iguales. Podemos distinguir diferentes formas:

Celos románticos: Surgen ante la aparición de un tercero que amenaza la exclusividad de una relación amorosa.

Celos entre amigos: Aparecen cuando se percibe que otra persona ocupa un lugar de intimidad o confianza que se consideraba propio.

Celos basados en suposiciones: Se presentan sin pruebas claras; la persona celosa está convencida de que existe una amenaza aunque no haya evidencia.

Celos evidentes o consumados: Se producen cuando ya hubo una traición o ruptura, y aparecen sensaciones de pérdida, envidia o resentimiento.

Celos provocados por logros ajenos: Se relacionan con la comparación constante y una visión negativa de uno mismo.

Celos patológicos: Se trata de una convicción infundada de infidelidad que persiste pese a la ausencia de pruebas, y que puede generar conductas posesivas o dañinas.

En cualquier vínculo (pareja, amistad, familia o trabajo) los celos pueden hacer su aparición. En algunos casos, las personas justifican sus actitudes diciendo que son una muestra de amor, aunque en realidad responden más a la inseguridad o el miedo.

¿Los celos pueden tener alguna función?

Algunos estudios de neurociencia, como el realizado en la Universidad de California con monos tití, sugieren que los celos activan zonas del cerebro relacionadas con el dolor social y el apego emocional. En estos primates, los celos generaban una fuerte respuesta en regiones cerebrales que también se activan en humanos cuando hay rechazo o amenaza al vínculo emocional. Se observó además un incremento en hormonas como la testosterona y el cortisol, lo cual indica que esta emoción implica también una respuesta fisiológica intensa.

Estos resultados abren la posibilidad de pensar que los celos, en ciertas condiciones, pueden haber evolucionado como un mecanismo para conservar los vínculos. Estar atentos a “posibles amenazas” habría sido, en términos biológicos, una forma de proteger la inversión emocional y reproductiva.

¿Cómo manejarlos?

Desde la Terapia Cognitivo Conductual, se recomienda:

1. Cuestionar los pensamientos automáticos: Identificar aquellas ideas negativas que disparan los celos, y reemplazarlas por interpretaciones más racionales.
Ejemplo:
Pensamiento negativo: "Seguro está con otra persona."
Reformulación positiva: "Voy a hablar con calma sobre cómo me siento, en lugar de hacer suposiciones."

2. Realizar actividades que reduzcan la ansiedad: Hacer ejercicio, practicar mindfulness, trabajar en la autoestima o asistir a terapia son formas saludables de canalizar esta emoción.

3. No alimentar la sospecha compartiéndola indiscriminadamente: Contar lo que uno siente sin filtro puede generar más ansiedad o juicios innecesarios.

4. No dramatizar la posibilidad de una ruptura: Entender que todas las relaciones atraviesan cambios y desafíos, y que un vínculo sano no se sostiene desde el control sino desde la confianza.

5. Pedir ayuda si los celos son persistentes o interfieren con la vida cotidiana: Algunas personas pueden beneficiarse de acompañamiento terapéutico para trabajar la inseguridad, el miedo al abandono o los patrones tóxicos que alimentan este sentimiento.

¿Qué hago con mis celos? Me preguntas muchas veces y como sexólogo les respondo lo mismo, No se trata de eliminarlos, sino de escucharlos. ¿Qué me están diciendo? ¿De qué inseguridad me hablan? Que fantasma ( miedo )  se encuentra detrás ? A veces los celos nos muestran que hay algo que no está dicho en la relación, que falta un reconocimiento o que hay heridas antiguas que aún duelen. No hay respuestas mágicas, pero sí hay caminos posibles si estamos dispuestos a hablarnos con honestidad con el otro y darle el lugar que ocupa activamente.

Los celos no son ni buenos ni malos. Son humanos. Lo importante es no dejar que manejen el auto. Pueden estar en el asiento de atrás, incluso hablarnos un poco. Pero quien decide hacia dónde va la relación, somos nosotros.

¿Sentís que necesitás ayuda para trabajar tu vínculo con el placer y el deseo?
La Lic. Paola Aquino y el Licen Julián ofrecen asesorías personalizadas para acompañarte en ese camino.
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